“Dos cazadores están en el bosque cuando uno de ellos se desmaya. No parece estar respirando y sus ojos están vidriosos. El otro hombre toma un teléfono celular y llama al servicio de emergencias. Dice jadeando al operador: «¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?».
“El operador con un tono de voz calmado y suave le responde: «Tómelo con calma, puedo ayudar. Primero, vamos a asegurarnos de que está muerto».
“Se hace un silencio, luego se escucha un disparo. De regreso al teléfono, el cazador dice: «¿Y ahora qué?»